Poesía

Palabra mágica
que hipnotizas
a cuantos te siguen,
efluvio de los misterios
que encierra el éxtasis,
efigie de diamante,
simple como una mujer.
suave como la seda,
blanca como la nieve,
dulce como la miel.
Enigma del tiempo
que siembras
a los cuatro vientos,
nostalgia, dulzura,
melancolía, encanto.
Capilla que en tus altares
resplandece el áurea
humeante de escarlata
todos se postran ante ti
al mágico conjuro
de tus versos.

Amor sin medida

Nos encontramos a orillas del mar
mis labios acarician tu cuerpo
como acarician las olas tu piel,
nuestros besos saben a miel.
Estamos fundidos en un abrazo
bajo la mirada de las estrellas,
perdimos la noción del tiempo
y en el fulgor de la mañana,
como antorcha clavada en la arena,
yace mi cuerpo esperando el aliento
de tus besos de fuego,
es la llama que enciende mi corazón,
donde edifiqué un altar
para adorarte eternamente.
Siento el aroma de tu cuerpo,
como pétalos de rosas
que cubren mi lecho,
no pronunciamos palabra alguna,
nuestras miradas lo decían todo.

Lo que el viento se llevó

 

Había una mariposa
en el jardín de una mansión,
rosa tras rosa le encantaba volar,
vi una flor abrirse a la luz del sol,
era tan bonita y fraganciosa,
que todos la miraban al pasar,
unos la tocaban por gusto y placer,
mas vino uno y la arrancó,
de mano en mano fue a parar,
pétalo tras pétalo cayó marchita al suelo
y cuando la fui a levantar
el viento hecha pedazos se la llevó